Historia
Orígenes
El tenis fue unos de los 9 deportes elegidos por el Baron Pierre de Coubertain para el renacimiento de la competición olímpica el año 1896 en la ciudad de Atenas, en Grecia. En aquella primera edición de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna, el tenis compartió cartel con el atletismo, las pesas y halteras, la lucha, la esgrima, el tiro, el ciclismo, la gimnasia y la natación.
A la sombra de las grandes competiciones de la época, especialmente de Wimbledon, el torneo olímpico de tenis recibiría su espaldarazo definitivo en los Juegos de 1920 en Amberes, cuando la campeona francesa Suzanne Lenglen decidió tomar parte en la competición, adjudicándose el oro olímpico individual y mixto. Cuatro años después, otros grandes campeones como el también francés Henri Cochet o la estadounidense de 18 años Helen Wills, prestigiaron la competición con su presencia en el podio.
El tenis se mantuvo dentro del programa olímpico como deporte oficial, hasta esa edición de 1924 en París, porque las diferencias sobre la definición de amateurismo surgidas entre el Comité Olímpico Internacional (CIO) y la Federación Internacional de Tenis (ITF), acabarían haciendo que perdiera su status de deporte oficial en los Juegos de Amsterdam de 1928, quedando definitivamente excluido a partir de entonces y durante casi medio siglo.
El debate del profesionalismo
El debate sobre la presencia del tenis dentro del programa olímpico se reabriría esporádicamente en la edición de 1968 en México, donde fue aceptado como deporte de exhibición sin carácter oficial, y con una escasa participación internacional. Manuel Santana derrotó a Manuel Orantes en la gran final individual. untos alcanzaron también la final de dobles, siendo derrotados por los locales Rafael Osuna y Vicente Zarazúa.
Veinte años después, las conversaciones mantenidas entre el entonces presidente de la ITF, el francés Philippe Chatrier, y el presidente del CIO, el español Juan Antonio Samaranch, culminarían en 1981 con la aprobación de la inclusión del tenis como deporte de exhibición en los Juegos de Los Ángeles en 1984, y como deporte oficial en los de Seúl en 1988.
La decisión revitalizó la vieja discusión entre aquéllos que defendían el carácter amateur de los Juegos Olímpicos y aquéllos que postulaban por la participación de los mejores deportistas en cada disciplina. En junio de 1983, CIO e ITF acordaron una solución a medias: todos los tenistas, profesionales o amateurs, menores de 20 años podrían participar en Los Ángeles. El CIO aceptaba por primera vez en la historia la presencia de unos deportistas declarados oficialmente como profesionales, poniendo la primera piedra a la posterior abolición del status olímpico amateur.
En su sesión plenaria de 1987 celebrada en Estambul, el Comité Olímpico Internacional eliminaría el límite de edad abriendo la competición a los mejores jugadores del mundo que se ha mantenido hasta nuestros días.
El tenis español en los JJ.OO.
España debutó en las pruebas olímpicas de tenis en 1920 enviando un equipo formado por los hermanos Manuel y José María Alonso, Enrique Satrústegui y Eduardo Flaquer. Aunque Francisca Subirana, María Luisa Marnet y Carmen Rospide aparecen en los cuadros de los Juegos de Amberes 1920 y París 1924, no llegaron a desplazarse con las delegaciones olímpicas.
La Real Asociación de Lawn Tennis de España (RALTE) colaboró estrechamente con el COE para recaudar fondos que permitieran que la delegación atlética española pudiera competir en París en 1924. La RALTE consiguió un total de 3.360,75 pesetas.
Los benefactores fueron el Real Barcelona LTC (1.255 ptas.), el RC Puerta de Hierro (500), el San Sebastián Recreation Club (345), Alfredo Faulcombridge y el Valencia LTC (250), la RST de Santander (195), la SD Pompeya (192), la RSD Asturiana de Oviedo (123,75), la SS Atlética Stadium de Zaragoza (75), el Español LTC de Madrid (75), la Sociedad Hípica de Ceuta (50), el Barón de Satrústegui (25) y el Club Zafra de Huelva (25).
Para aquella edición de 1924 en París, la RALTE contrató al profesor italiano Romero Acquarone para que entrenara a los tenistas españoles que acudieron a los Juegos Olímpicos. Entre ellos Lilí Álvarez y Rosa Torras, las primeras desportistas españolas que iban a competir en unos Juegos.
El partido de cuartos de final masculino entre Manuel Alonso y el estadounidense Vincent Richards fue considerado como el mejor partido del torneo. La anécdota surgió cuando el árbitro debió ser cambiado por la organización tras los constantes abucheos del público ante varios errores clamorosos que perjudicaron al tenista español.
Ricardo Saprissa, que jugó por España las pruebas de dobles y mixtos de los Juegos de París 1924, en realidad era salvadoreño y fue miembro de distintos equipos de Copa Davis. Saprissa se había desplazado a España para jugar a fútbol en la Primera División defendiendo los colores del RCD Español de Barcelona, pero sus habilidades deportivas eran tantas que también demostró ser un campeón en el tenis. Tras 10 años en nuestro país, regresó a Sudamérica, primero a Argentina y después a El Salvador, donde se convirtió en un mecenas del deporte, en especial del fútbol.
Manolo Santana recibió un cheque por valor de 882 pesetas por su victoria en el torneo de demostración de los Juegos de México 1968. Santana nunca cobró el cheque que enmarcó y tiene expuesto en su casa considerando casi una burla el premio federativo. Juan Antonio Samaranch palió en parte el problema regalándole un reloj de oro por su esfuerzo en los Juegos.
Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal detentan junto a los estadounidense Ken Flach y Robert Seguso el récord de final olímpica con más juegos disputados. En Seúl, los estadounidenses se impusieron tras 60 juegos por 6-3, 6-3, 6-7, 6-7 y 9-7.
Récords y anécdotas
El récord de juegos en una final individual corresponde a Barcelona 1992 en la que el suizo Marc Rosset se impuso a Jordi Arrese en 56 juegos por 7-6, 6-4, 3-6, 4-6 y 8-6. Es también hasta ahora el partido más largo en la historia de los Juegos Olímpicos con 5 horas y 3 minutos.
Arantxa Sánchez Vicario se convertiría en Atenas en la primera mujer en la historia que disputaba 5 ediciones de los Juegos Olímpicos, solo superada por las 6 participaciones del indio Leander Paes. La igualan la estadounidense Venus Williams, el también indio Mahesh Buphati, el bahameño Mark Knowles, el canadiense Daniel Nestor y el francés Maxime Decugis, este último antes de la Era Open.
A nivel español le siguen Conchita Martínez y Anabel Medina con 4 presencias. A continuación se encuentran Emilio Sánchez, David Ferrer, Rafael Nadal, Virginia Ruano y Carla Suárez con 3.
Arantxa es también la tenista española más laureada con un total de 4 medallas: 2 de plata (una individual y una de dobles) y 2 de bronce (una individual y una de dobles). Sólo la superan las 5 medallas logradas por la británica Kitty McKane, y está igualada con la estadounidense Serena Williams, los británicos Reginald Doherty y Charles P. Dixon, y el sueco Gunnar Setterwal, estos últimos antes de la Era Open.
España siempre había logrado alguna medalla desde que el tenis volvió al programa olímpico en los Juegos de Seúl en 1988 hasta la edición de Londres en 2012. Rafael Nadal ha sido el único en colgarse un oro individual al ganar la final de Beijing en 2008, gesta que repitió en la modalidad de dobles junto a Marc López en Río de Janeiro 2016.